CUARZO ROSA
El cuarzo rosa es una de las piedras más importantes de la litoterapia. Esta piedra, conocida por sus propiedades antiestrés, se ha convertido en el símbolo de la paz y el amor.
En la antigua Grecia, las mujeres usaban esta piedra para atraer el amor al ganarse el favor de la diosa Afrodita. El cuarzo rosa se usa hoy en día para curar heridas del corazón, aliviando molestias del alma. Esta piedra aporta seguridad y consuelo, conduce a encontrar la paz interior. El cuarzo rosa es, por tanto, una excelente piedra antiestrés, que ayudará a encontrar el equilibrio emocional para quien la lleva.
OJO DE TIGRE
De color marrón con destellos amarillo brillante, esta piedra se ha utilizado desde la Antigüedad para dar fuerza y coraje a los guerreros. Su nombre proviene de su parecido con el ojo de un tigre, aunque en la antigüedad esta piedra se llamaba “Oculus Belus”, que se traduce como el ojo de Belus, una divinidad que atrae protección y fortuna.
Esta piedra protege contra el mal de ojo y repele toda energía negativa. Promueve la confianza en uno mismo, la generosidad y la ambición. A nivel físico ayuda al buen funcionamiento del sistema digestivo. También es beneficiosa para las articulaciones y se sabe que es una piedra ideal para recuperar la energía.
LAPIS LAZULI
Esta piedra de color azul intenso, salpicada de escamas doradas, ha despertado mucho interés ya sea en Egipto donde se usaba como tinte o elixir. Los griegos y romanos usaban esta piedra como objeto lujoso de decoración.
El lapislázuli es famoso por sus virtudes energéticas. Abre las puertas del conocimiento, y fortalece la intuición y la clarividencia. Al reducir la agitación emocional, es la piedra de la armonía y la conciencia.
PIEDRA SOL
Esta piedra también lleva el nombre de heliotita que proviene del griego Helios, el dios del sol. En la antigua Grecia esta piedra se asociaba con la riqueza y la suerte. También se creía que otorgaba fuerza a su poseedor.
Desde tonos anaranjados hasta marrones, la piedra solar se caracteriza porque brilla al sol.
Las virtudes atribuidas a la piedra solar son múltiples, se dice que es tonificante, purificante y aporta serenidad.
PERLA
La blancura de la perla se relaciona con la pureza y la espiritualidad. Sus tonos beige se asocia con la virtud de la suavidad y el apaciguamiento y los matices rosas se asocian con el amor y el afecto.
Es la piedra de la dulzura, reduce la ansiedad y el estrés. Reequilibra las emociones y corrigen los cambios de humor. A nivel físico, uno de los poderes de la perla es aliviar los trastornos gástricos y favorecer el buen funcionamiento de este sistema.
TURQUESA
El turquesa es sinónimo de alegría de vivir, vitalidad y buen humor. El color del verano por excelencia también debe su nombre a su coloración azul verdosa.
La turquesa reduce los cambios de humor y crea un buen estado de ánimo. También nos ayuda a reflexionar y adentrarnos en nosotros mismos, en nuestras acciones y en nuestro comportamiento. Tomamos así conciencia de hasta qué punto nosotros mismos somos responsables de nuestro propio destino. También aumenta nuestra autoestima para que podamos desempeñarnos con más éxito en nuestra vida diaria. La piedra turquesa aumenta nuestra elocuencia y nuestras habilidades de comunicación, fortalece nuestra confianza y nos hace parecer más auténticos y enérgicos. En general alivia el nerviosismo y aporta más serenidad y paz interior.
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